miércoles, 8 de octubre de 2008

SALVADOR DÍAZ MIRÓN


Nace en el puerto de Veracruz, el 14 de diciembre de 1853.
Su padre fue periodista y gobernador del estado, de él hereda la vocación política.
A los 14 años se inicia en el periodismo y para 1874 ya tiene una presencia como poeta pues algunas de sus composiciones se incluyen en la antología "El Parnaso Mexicano"; aquí se inicia la primera etapa de su obra (1874-1892), que se enmarca en la corriente del romanticismo; a esta periodo corresponde su Oda a Víctor Hugo y Ojos verdes.
Por razones políticas y el tono crítico de sus artículos publicados en el periódico "El Pueblo", Díaz Mirón fue deportado a Estados Unidos en 1876. A su regreso a México colabora para diversas publicaciones como: El Diario, El Orden, El Imparcial y dirige el periódico "El Veracruzano", propiedad de su padre.
La segunda etapa de su producción literaria se marca con su la publicación de su libro "Poesía" (1895), más tarde publica "Lascas", considerada como su obra principal. A este período corresponden también sus piezas El fantasma, Paquito, Nox, A Tirsa, Claudia e Idilio.
En 1884 es nombrado diputado y destaca en el Congreso con una participación brillante.
En 1892, en vísperas de las elecciones generales, mata en legítima defensa a Federico Wólter. Es absuelto después de más de cuatro años de reclusión.
En 1904 vuelve como diputado al Congreso, pero nuevamente se ve involucrado en problemas legales: en 1910 es desaforado y puesto en prisión por haber atentado contra la vida del diputado Juan C. Chapital. Al triunfar la revolución es puesto en libertad.
Durante el gobierno de Victoriano Huerta dirige el diario "El Imparcial", pero con la caída del gobernante se exilia en Europa. Radica un corto tiempo en Santander, España, y luego viaja a Cuba, donde enseña francés, historia universal y literatura.
Venustiano Carranza autoriza su regreso al país y la restitución de sus bienes.
En 1927 un grupo de escritores decide organizar un homenaje al escritor, pero este declina ese reconocimiento. En la última etapa de su trabajo poético, Salvador Díaz Mirón escribe varias poesías que el escritor deseaba reunir en varios libros, pero no alcanzó a publicarlos, entre ellas se encuentran "Los peregrinos", "Al buen cura", "La mujer de Nieve", "El ingenioso Hidalgo" y "A un profeta".
Muere en el puerto de Veracruz el 12 de junio de 1928, sus restos fueron sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la ciudad de México

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